lunes, 4 de octubre de 2010

Estrategia 6 Los problemas del razonamiento correcto LÓGICA


 


 


 


 

La Lógica, del griego λόγος (logos), palabra y razón, es la disciplina filosófica que se ocupa del razonamiento o ciencia de la razón. Responde a la pregunta sobre cómo razonamos correctamente ofreciendo reglas y modelos de raciocinio, razonamiento o argumentación.


 


 

Los autores


 

Filósofo 

Obra escrita 

Lugar y fecha 

Benedetto Croce 

La lógica como ciencia del concepto puro 

Italia, 1866-1952

Irving Copi 

Introducción a la lógica 

Estados Unidos 

   


 


 

¿Los seres humanos razonamos?

¿Todos los seres humanos lo hacemos?

¿Qué es razonar?


 


 


 

Establece una noción de lo que es razonar. Una noción aceptable se puede tomar de un diccionario. ¿Estás de acuerdo? Hazlo razonando.


 

El Diccionario de la lengua española dice:

Razonar. Discurrir ordenando ideas en la mente para llegar a una conclusión. Hablar dando razones para probar una cosa. Tratándose de dictámenes, exponer, aducir las razones o documentos en que se apoyan.


 


 

Para establecer mejor una noción de razonar vas a seleccionar lo que juzgues y aceptes como cierto de los tres textos que siguen y después a relacionarlos en un esquema. Si no tenemos la misma idea y cada quien tiene la suya, no es posible hablar del mismo asunto.


 


 


 

Gabriela López, reseña que:


 

Aristóteles, filósofo griego del Siglo IV a. C, dijo que el hombre es un animal racional. Así se ha definido a los hombres desde la antigüedad hasta nuestros días. Para Aristóteles animal racional era la definición de hombre. Toda definición debía tener el género próximo (animal) y la diferencia específica (racional). De esta manera, los hombres y los animales pertenecen al género animal, pero su diferencia específica, los distingue; mientras los hombres son animales racionales, las bestias son animales irracionales.


 

La capacidad racional de los hombres se muestra en su posibilidad de conocer. La razón se convierte en un instrumento de conocimiento. Pero el conocimiento humano va más allá de la mera sensibilidad cuyos productos culminan con la elaboración de imágenes. El hombre rebasa el conocimiento sensorial y arriba a uno más complejo, el lógico o racional. Aristóteles se percató de esta capacidad humana, al descubrir que el conocimiento racional se expresaba en las llamadas formas del pensamiento: el concepto, el juicio y el raciocinio. Este último manifiesta con mayor claridad nuestra capacidad racional; a través del razonamiento somos capaces de obtener otros conocimientos a partir de los ya establecidos; es decir, mediante el razonamiento obtenemos conclusiones y esto nos hace racionales.


 


 


 

Dice Benedetto Croce:


 

Presupuesto de la actividad lógica, que es el objeto del presente tratado, son las representaciones o intuiciones. Si el hombre no se representase cosa alguna, no pensaría-, si no fuese espíritu imaginativo, no sería ni siquiera lógico. Se suele admitir que el pensamiento envía, como a propio antecedente, a la sensación: doctrina que no tendríamos dificultad en hacer nuestra, cuando, por otra parte, se le dé un doble sentido. Es decir, en primer lugar, que la sensación sea concebida como algo activo y cognoscitivo, como acto cognoscitivo, y no ya como algo informe y pasivo, o ciertamente activo, pero de actividad viviente y no teorizante. Y, en segundo lugar, que sea tomada en su pureza, independiente de toda reflexión y elaboración lógica: como simple sensación, y no como percepción, la cual (como se verá en su lugar), no por ser presupuesta, presupone la actividad lógica o se identifica directamente con ella. Con esta doble aclaración, la sensación activa, cognoscitiva e irreflexiva, deviene únicamente sinónimo de representación o intuición; y, en verdad, no es ésta la ocasión de discutir sobre el uso de los sinónimos, aunque haya suficientes razones de oportunidad práctica que aconsejarían la preferencia de los términos empleados por nosotros. Lo que interesa, ante todo, es retener bien en la mente que la actividad lógica o pensamiento surge del espectáculo multiforme de las representaciones, llámense intuiciones o sensaciones, merced a las cuales en todo instante el espíritu cognoscitivo elabora en forma teorética el curso de lo real.

Otro presupuesto se encuentra con frecuencia introducido por los lógicos: el del lenguaje; pareciendo claro que, si el hombre no habla, no piensa. También este presupuesto es aceptado por nosotros, con algunas aclaraciones y deduciendo de él un corolario. Las aclaraciones son en primer lugar, que el lenguaje debe ser tomado en su genuina y completa realidad; es decir, no restringido arbitrariamente a alguna de sus formas particulares, como las fonéticas y articuladas, ni falsificado en un complejo de abstracciones, como las partes de la gramática o las palabras del vocabulario, como mecanismo que el hombre pone en movimiento al hablar. Y, en segundo lugar, que por lenguaje no ha de entenderse la serie de los discursos, así revueltos y sin análisis, con todo lo que llevan consigo, sino solamente aquel aspecto de estos discursos bajo el cual pueden llamarse propiamente lenguaje. Error bastante arraigado, y que proviene de no haber observado tal distinción, es considerar al lenguaje constituido por elementos lógicos, aduciendo como prueba que casi en todo discurso, por pequeño que sea, se encuentran las palabras "éste", "aquél", "ser", "hacer", etc., es decir, conceptos. Pero aun en las proposiciones en las cuales están efectivamente estos conceptos, ellos no agotan el lenguaje. Esto es tan verdadero que los que piensan así están obligados después a dejar, como residuo de su análisis lógico, elementos que consideran ilógicos y denominan enfáticos, redundantes, coloristas o musicales, en los cuales precisamente se oculta el verdadero lenguaje, que aquel análisis abstracto ha dejado escapar. El corolario, por último, es que, rectificado de este modo el concepto de lenguaje, el presupuesto del lenguaje que haga la lógica, no es un nuevo presupuesto, sino que es idéntico con el ya hecho, cuando se ha hablado de las representaciones e intuiciones. El lenguaje, en el sentido riguroso en que aquí se entiende, equivale a expresión; y la expresión es idéntica con la representación, no pudiendo concebirse ni una representación que no sea expresada de algún modo, ni una expresión que no represente nada, y sea, por tanto, insignificativa. La una no sería ni siquiera representación, y la otra no sería ni siquiera expresión; es decir, ésta y aquélla deben formar, como forman, un todo.

Lo que es presupuesto por el pensamiento lógico no es presupuesto en filosofía, la cual no admite presupuestos y debe pensar y demostrar todos los conceptos que establece. Sin embargo, puede ser oportunamente sentado como presupuesto por la "parte" de la Filosofía que comenzamos a tratar ahora didascálicamente, es decir, por la Lógica; y darse aquí como admitida la forma representativa o intuitiva del conocimiento.


 


 

Irving Copi señala:


 

Ante todo un estudio adecuado de la lógica la enfocará tanto como un arte como una ciencia, y el estudiante deberá hacer ejercicios concernientes a todos los aspectos de la teoría que aprende. Aquí, como en todo, la práctica ayuda a perfeccionarse. En segundo lugar, una parte tradicional del estudio de la lógica consiste en el examen y el análisis de los métodos incorrectos de razonamiento, o sea de las falacias. Esta parte de la materia no sólo da una visión más profunda de los principios del razonamiento en general, sino que el conocimiento de esas trampas nos ayuda positivamente a evitarlas. Por último el estudio de la lógica suministrará al estudiante ciertas técnicas y ciertos métodos de fácil aplicación para determinar la corrección o incorrección de muchos tipos diferentes de razonamientos, incluso los propios. Y cuando es posible localizar fácilmente los errores, es menor la posibilidad de que se cometan.

La lógica ha sido definida a menudo como la ciencia de las leyes del pensamiento. Pero esta definición, aunque ofrece un indicio acerca de la naturaleza de la lógica, no es exacta. En primer lugar, el pensamiento es uno de los procesos estudiados por los psicólogos. La lógica no puede ser "la" ciencia de las leyes del pensamiento porque también la psicología es una ciencia que trata de las leyes del pensamiento (entre otras cosas). Y la lógica no es una rama de la psicología; es un campo de estudio separado y distinto.

En segundo lugar, si "pensamiento" es cualquier proceso mental que se produce en la mente de las personas, no todo pensamiento es un objeto de estudio para el lógico. Todo razonamiento es pensamiento, pero no todo pensamiento es razonamiento. Por ejemplo, es posible "pensar" en un número entre uno y diez, como en los juegos de salón, sin elaborar ningún "razonamiento" acerca de él. Hay muchos procesos mentales o tipos de pensamientos que son diferentes del razonamiento. Es posible recordar algo, o imaginarlo o lamentarlo, sin razonar sobre ello. O uno puede dejar "vagar" los propios pensamientos en un ensueño o fantasía, construir castillos en el aire o seguir lo que los psicólogos llaman asociación libre, en la que una imagen reemplaza a otra en un orden que no tiene nada de lógico. A menudo, esta sucesión de pensamientos en la asociación libre tiene una gran significación y sobre ella se basan algunas técnicas psiquiátricas. Por supuesto que no es necesario ser un psiquiatra para comprender el carácter de una persona mediante la observación de este flujo de su conciencia. Hasta constituye la base de una técnica literaria muy sugestiva, iniciada por James Joyce en su novela Ulises. Inversamente, si se conoce bien de antemano el carácter de una persona es posible seguir y hasta prever el curso de su flujo consciente. Todos recordamos cómo Sherlock Holmes acostumbraba romper los silencios de su amigo Watson para responder a la misma cuestión a la que había sido "conducido" el doctor Watson en sus meditaciones. Parece haber ciertas leyes que gobiernan el ensueño, pero tales leyes no las estudian los lógicos, sino los psicólogos; las leyes que describen los movimientos de la mente en el ensueño son leyes psicológicas, no principios lógicos. Definir la lógica como las leyes del pensamiento es incluir demasiado dentro de ella.

Otra definición común de la lógica es aquella que la considera como la ciencia del razonamiento. Esta definición es mejor, pero no es aún adecuada. El razonamiento es un tipo especial de pensamiento en el cual se realizan inferencias, o sea en el que se derivan conclusiones a partir de premisas. Pero es aún un tipo de pensamiento, y por lo tanto forma parte del tema de estudio del psicólogo. Cuando los psicólogos examinan el proceso de razonamiento lo encuentran sumamente complejo, emocional en alto grado y consistente en desmañados procedimientos de ensayo y error iluminados por repentinos chispazos de comprensión, a veces inconexos en apariencia. Ellos son de la mayor importancia para la psicología. Pero estos oscuros caminos por los cuales la mente llega a sus conclusiones durante los procesos reales de razonamiento, no son en absoluto de la incumbencia del lógico. A él, sólo le interesa la corrección del proceso, una vez terminado. Su problema es siempre el siguiente: la conclusión a que se ha llegado, ¿deriva de las premisas usadas o afirmadas? Si las premisas brindan adecuados fundamentos para aceptar la conclusión, si afirmar que las premisas son verdaderas garantías de que la conclusión también será verdadera, entonces el razonamiento es correcto. De lo contrario es incorrecto.

La distinción entre el razonamiento correcto y el incorrecto es el problema central que debe tratar la lógica. Los métodos y las técnicas del lógico han sido desarrollados esencialmente con el propósito de aclarar esta distinción. El lógico se interesa por todos los razonamientos, sin tomar en cuenta su contenido, pero solamente desde este especial punto de vista.


 


 

Esquema para elaborar la noción de razonar


 

Que se rescata del texto de Gabriela López 

Que se rescata del texto de Benedetto Croce

Que se rescata del texto de Irving Copi


 


 


 


 


 


 


 


 


 


 


 


 

  


 

A partir del análisis de los tres textos ¿qué preguntas te puedes hacer sobre el razonar?, ¿Qué dudas te han surgido?:


 

Preguntas o dudas:


 


 


 


 


 


 


 


 


 


 


 


 

¿Qué tal razonas?


 


 

Contesta con razones el espacio en blanco (el primero es un ejemplo).


 


 

1. Si estás en un salón de clase ¿Qué le dirías a un impertinente y hablantín compañero para callarlo?


 


 

Por favor, cállate


 

porque no me dejas oír. 


 

Cállate

porque 


 

Y si no se calla…

qué


 


 


 


 

2. En las próximas elecciones presidenciales no vas a votar por ningún partido o no vas a votar por (tal) partido,


 

¿Por qué?


 


 

Porque 


 

A veces no sabemos "a ciencia cierta", pero parece que sí. Actuamos o decimos cosas según lo que creemos.


 

3. El Vaticano manipuló la información sobre la muerte de Juan Pablo II 


 

¿Por qué?


 


 

Porque


 


 


 

4. Los fantasmas no existen


 

¿Por qué?


 


 

Porque


 


 

5. Hay que ceder el asiento a las mujeres embarazadas


 

¿Por qué?


 


 

Porque


 


 

6. Tienes que ver la película "Spiderman" (El hombre araña)


 

¿Por qué?


 


 

Porque


 

También puedes hacer una encuesta, para ampliar la información.


 


 

¿Cuáles de las respuestas que diste crees que son buenas razones?


 

Buenas razones 

¿Por qué? 


  1.  


 


 


  1.  


 


 


  1.  


 


 


  1.  


 


 


  1.  


 


 


  1.  


 


 


  1.  


 


  1.  


 


 


  1.  


 


 


  1.  


 


 


  1.  


 


 


  1.  


 


 


  1.  


 


 


  1.  


 


 


 

¿Habrá alguna manera de descubrir si las respuestas que diste como razones lo son?

Sí.

Las respuestas te las dará la Lógica.

La disciplina de la lógica, al cultivar la rectitud del juicio, la exactitud del razonamiento (ver anexo), el espíritu de análisis y de observación y la manera como debe argumentarse, es una ayuda contra los errores y la ignorancia.


 

Haz un escrito de opinión en una cuartilla sobre la lógica y el razonamiento. Consulta las instrucciones en el Anexo.


 


 


 


 

Bibliografía


 

Copi, Irving. Introducción a la Lógica. Eudeba. Buenos Aires, 1974.


 

Croce, Benedetto. Lógica como ciencia del concepto puro. Contraste. México, 1980.


 

Diccionario de la lengua española. Real Academia Española, Espasa Calpe. Vigésima primera edición, Madrid, 1992.


 


 


 


 


 


 


 


 


 

domingo, 3 de octubre de 2010

Tarea: 1-X-2010

Buscar o precisar el significado de los siguientes conceptos en un diccionario filosófico (1-10), las otras 5 palabras en un diccionario general:


 

  1. Argumento
  2. Argumentar
  3. Creencia
  4. Falacia
  5. Saber
  6. Pensar
  7. Premisa
  8. Conclusión
  9. Causa
  10. Efecto
  11. Heterodoxo
  12. Ortodoxo
  13. Indubitable
  14. Implícito
  15. Explícito